«La transparencia es uno de los principios que más contribuye a formar equipo»

Pablo Viguera es co-fundador y CEO de Groopify, una solución para conectar personas que va más allá de la mera cita a ciegas. La idea de negocio parte de ofrecer experiencias con planes ya organizados, en los que conocer gente con intereses similares de una manera divertida, y sin el compromiso y la dificultad que supone quedar a ciegas con una sóla persona. Se rompen las barreras y se acortan las distancias para ampliar el grupo de amigos.
Miguel García-Santesmases, CIO de la empresa, y Alejandro Coca, Biz Dev & Sales Manager, y Pablo Viguera comenzaron a materializar una oportunidad de negocio que no ha dejado de celebrar éxitos tras dos años de su fundación.
Desde una perspectiva abierta, dinámica y con alma de emprendedor, Pablo Viguera destaca en esta primera parte de la entrevista, la importancia que supone la transparencia para gestionar un equipo de trabajo eficiente, que mantenga un clima laboral sano, y nos desvela las dificultades que les supone atraer y gestionar talento.
«La transparencia favorece la comunicación entre las áreas y en el equipo favorece la confianza. Si tuviera que destacar uno de los principios que más han contribuido a crear este sentimiento de equipo tan fuerte que perseguimos y que hemos conseguido hasta el momento, sería la transparencia.» Ésa es la base de la cultura de Groopify, muy orientada a la mentalidad que hoy día está triunfando en las mentes de jóvenes emprendedores que buscan las mejores oportunidades tecnológicas.
¿Cómo es la cultura corporativa de Groopify?
En Groopify creemos que la cultura está íntimamente ligada a nuestra visión como empresa, y por ello es algo que puede ser creado y personalizado para adaptarse a ella. Creemos que hacer el ejercicio de definir esta cultura desde el principio genera un gran valor a la organización y se convierte en una guía que establece el camino a seguir y en la que apoyarse en el presente y en el futuro. Entendemos nuestra cultura como una causa, no como una consecuencia, el pilar desde el que tomar decisiones y empezar a construir.
Hace un año, cuando el equipo ya comenzaba a crecer —éramos seis personas en ese momento— empezamos a tener la necesidad de definir esta cultura, este ADN que nos caracterizaba y que nos iba a caracterizar como empresa y como equipo en el futuro. Organizamos una sesión conjunta entre todo el equipo en la que lanzamos la pregunta «¿Cual es nuestra cultura? ¿Cuáles son los principales valores que querríamos que Groopify tuviera, hoy y en el futuro?». Cada uno de nosotros planteamos nuestras propuestas —siempre argumentando por qué eran importantes—, lo que resultó en una reunión de una hora y media que fue una de las sesiones más productivas e inspiradoras que hemos tenido en todo este tiempo, incluso para unos detractores de las largas reuniones como nosotros.
El resultado de esta sesión fue una página en la que detallamos los nueve puntos que nos definen y nos han definido en cada paso que hemos dado desde aquel 19 de enero en que los escribimos y que en realidad ya venían definiéndonos desde antes. Nuestra cultura es lo que nos guía para hacer lo que hacemos, como una especie de escala de valor o referente a la hora de tomar cualquier decisión, ya sea al abordar una tarea específica y definir prioridades como al tomar decisiones a nivel de management o recursos humanos.
¿Qué les llevó a encontrar esta oportunidad de negocio?
La idea surgió al darnos cuenta de cómo un problema personal que en ese momento teníamos los tres fundadores, podía ser compartido también por muchas otras personas, y que, por tanto, estaba en nuestra mano buscar una solución que pudiera hacer mejor la vida de éstas. Ese problema en concreto fue cuando, tras estar trabajando y estudiando en el extranjero muchos años, regresé a España y me encontré con dificultades de encontrar nuevos amigos con quien compartir intereses y pasar un buen rato fuera de los círculos establecidos. Al hablarlo con mis dos amigos de toda la vida y también socios de Groopify, Miguel y Álex, los tres coincidimos en que esa misma dificultad la podrían tener muchas otras personas, que llegan a una ciudad nueva donde no conocen a nadie.
Como nos encantan los retos, las nuevas experiencias y por nuestra propia vocación emprendedora no lo dudamos ni un momento y decidimos así montar Groopify. Un proyecto que se sustenta en la idea de la amistad y de las conexiones entre personas en la vida real más allá del mundo online, creado precisamente por tres amigos tomando unas cañas en el bar de siempre.
Con respecto a la gestión de personas, ¿cómo cree que es la mejor manera de formar equipo?
Sin duda, para Groopify la clave es mantenernos siempre fieles a nuestra cultura y nuestros valores. Es fundamental que todas las partes del equipo estén totalmente inmersas en la filosofía de la empresa, ya que es la única manera de que todo el equipo reme en la misma dirección y tenga claro en todo momento qué es lo mejor para el grupo y para Groopify. Los intereses comunes siempre van por delante de los individuales, y esta filosofía está presente tanto en el trabajo y las decisiones que se toman en el día a día como en nuestra identidad como miembros del equipo y en cómo nos relacionamos unos con otros.
Si tuviera que destacar uno de los principios que más han contribuido a crear este sentimiento de equipo tan fuerte que perseguimos y que hemos conseguido hasta el momento, sería la transparencia. Esta palabra nos acompaña en todo momento en el día a día para todo lo que hacemos.
—Transparencia a la hora de compartir con todo el equipo la situación en la que se encuentra Groopify como empresa a todos los niveles y definir los objetivos para cada área y cada miembro del equipo. Por ejemplo, cada miércoles organizamos una sesión de preguntas abiertas que llamamos all hands en la que todos los miembros del equipo pueden preguntar cualquier duda, de la naturaleza que sea, a los demás. Por otro lado, los mismos resultados e indicadores que compartimos periódicamente con nuestros inversores, son también compartidos internamente. Es la mejor manera de lograr que todos estemos en la misma página y tengamos claro cual es el foco y los objetivos a seguir en cada momento.
—Transparencia también en lo relativo al trabajo que cada uno de nosotros está realizando en todo momento, gracias a herramientas colaborativas como Trello en la que las tareas de cada área y su estado son públicas para todos los demás.
—Transparencia incluso relativa a los salarios y participaciones en capital de cada toso los compañeros —todos tenemos acceso a los objetivos, resultados salarios y porcentajes de equity de los demás.
La transparencia favorece la comunicación entre las áreas y el equipo, favorece la confianza—siempre y cuando esa transparencia sea siempre bidireccional, que es lo que nosotros defendemos y aplicamos—, y permite que todos los miembros del equipo estén al mismo nivel teniendo acceso a toda la información por igual.
¿Cuáles son las dificultades principales con las que se tiene que enfrentar a diario en la gestión de talento?
Diría que el reto se concentra más en el proceso de contratación de nuevos trabajadores, y que si se es capaz de gestionar esta fase correctamente, se minimizan mucho esas posibles dificultades de la gestión del equipo en el día a día.
En los dos años que llevamos en marcha hemos construido un equipo de 20 personas, lo que significa que hemos ido aprendiendo de cada proceso, dándonos cuenta de nuestros errores y también de nuestros aciertos, hasta que hemos conseguido llegar a un proceso con el que nos sentimos cómodos y que nos está dando muy buenos resultados en los últimos meses. De nuevo, lo que guía este proceso de contratación que seguimos en Groopify, es nuestra cultura.
Es fundamental contratar a personas que crean en el proyecto y que compartan los valores de la empresa —y lo demuestren— desde el primer momento en que les conocemos en una entrevista. Estos años nos han demostrado que las mayores dificultades vienen de una falta de fit, encaje o entendimiento con la filosofía, ya que son cuestiones que hacen alusión más a la actitud que a la aptitud, algo que es intrínseco a cada persona y que es difícil de cambiar —por no decir imposible.
Por eso, cuando comenzamos un proceso de contratación, la primera entrevista que hacemos a nuestros candidatos trata de validar uno a uno los puntos de conforman nuestra cultura, para evaluar si esa persona comparte estos valores, los entiende y si se siente motivado para trabajar en base a ellos. En definitiva, el objetivo de esta primera toma de contacto con los candidatos es valorar el encaje de la persona con el resto del equipo, con la manera que tenemos de hacer las cosas y con lo que ofrecemos y buscamos para el puesto a un nivel más allá de las competencias profesionales.
En estas entrevistas además participan distintos miembros del equipo, no solo el área responsable de los recursos humanos, lo que permite tener puntos de vista muy diversos y lo que a la vez refuerza ese sentimiento de pertenencia y responsabilidad de cada uno de nosotros para con el equipo.
Este ha sido nuestro pilar en los procesos de selección que hemos llevado a cabo en estos últimos meses —desde el mes de julio se han incorporado 10 personas nuevas a Groopify— y está siendo clave para lograr que desde el minuto uno las nuevas incorporaciones estén al cien por cien inmersos en la cultura, lo que favorece y facilita mucho el trabajo de Recursos Humanos del día a día.