Usos del silencio en una entrevista de trabajo


Tan importante son las palabras como las pausas entre ellas. El silencio, al igual que el intercambio de locuciones, hay que saber utilizarlo. Forma parte de nuestro lenguaje. No sólo se aplica a las entrevistas de trabajo, sino en nuestro día a día y con cada una de las personas con las que nos relacionamos.

Muchos candidatos, lejos de gestionar bien este arte, tienden a ponerse nerviosos cuando se produce un silencio mientras miran al reclutador con ansiedad. Sin embargo, este tipo de paréntesis suele traer consigo numerosas ventajas y más vale tenerlas en cuenta para aprovecharlos. El hecho de no saber qué vendrá después y su estado de eternidad dan rienda suelta a la imaginación del candidato para pensar normalmente lo peor, o por lo menos cuestionarse inútilmente qué estará pensando el entrevistador. Le pasa a la gran mayoría de los aspirantes a un puesto de trabajo, incluso a aquellos que suelen mostrar una seguridad artificial.

La información hay que procesarla y el reclutador debe ir tachando cuestiones relevantes del proceso de selección. Debe ordenar sus ideas. Nuestras competencias y habilidades las sabe el candidato muy bien, pero para el entrevistador es información nueva que no sólo recoge de las palabras del aspirante. Los gestos, la mirada, la actitud, la presencia,… son factores a tener en cuenta y eso necesita unos segundos de análisis. Por ello, no te asustes si la sala permanece cinco o diez segundos bajo el abismo del silencio. El reclutador necesita ese paréntesis para hacer su trabajo.

A menos que tengas alguna cuestión relevante que preguntar o sugerir, sé paciente y espera a que el reclutador reinicie la conversación. No hables por hablar. Normalmente, el entrevistador utiliza este tipo de técnicas para dejar que el candidato amplíe su discurso. La primera idea siempre será la más estudiada, pero a medida que el aspirante tenga la oportunidad de expresarse, estará más relajado –siempre que intente ser él mismo– y será más natural. El objetivo es dejarle que revele mejor ideas que no dijo en la primera encuesta. Además, tomar el turno de palabra de temas importantes, puede ser una gran prueba para demostrar la iniciativa y predisposición que caracteriza tu trabajo.

Estamos en campaña electoral, así que un buen ejercicio para sacarle partido al silencio es atender el discurso de cualquier político. Con ello, tomaremos nota de cómo dar fuerza a sus palabras haciendo una pausa. Crea expectación y mantiene al interlocutor interesado por lo que vendrá después. De esta forma, el reclutador podrá memorizar mejor las ideas que pronunciarás tras el paréntesis, aquello que describa lo mejor de ti. Un ejemplo podemos encontrarlo en el momento en el que el candidato toma asiendo en la sala. Ahí se genera una pausa que es vital. Acéptala y que no te cree mayor ansiedad, sino todo lo contrario. Naturalízala y espera tu turno para darte a conocer como profesional. Se trata de una muestra más de la seguridad que todo candidato ha de tener.

Durante la entrevista, las pausas también dan la oportunidad para ordenar nuestras ideas. Funcionan a modo de pizarra mental. Nos ayudan a concentrarnos tras una pregunta además de ser un gesto muy valorando por muchos reclutadores. Con ello estás demostrando que sabes canalizar el estrés, eres metódico y estructuras la información antes de dar rienda suelta a tus palabras. Algunas preguntas son formuladas únicamente con la intención de romper el ritmo pre-establecido de la entrevista y descolocar al candidato. Aquí, más que en ningún otro momento, es donde más sentido tiene el uso de la pausa pre-respuesta.

Puede que seas uno de los afortunados a ocupar el puesto. Y llega la parte donde se deben negociar las condiciones salariales. El silencio se convierte en este momento en el arma más eficaz del que la posea. Aquí es donde el reclutador debe hablar, ofrecer y el candidato escuchar. Escribir en un folio la primera cifra propuesta ayuda a dejar tiempo para que el entrevistado pueda seguir ofreciendo más cosas. Sin embargo, gestiona bien este tipo de paréntesis porque la mayoría de los reclutadores se conocen bien esta técnica.

Independientemente de un proceso de negociación, los silencios durante una entrevista de trabajo deben suponer un aliado para ambas partes. Se trata de una herramienta para obtener conversaciones brillantes y donde poner en valor competencias, habilidades, proyectos, oficios, actitudes,… Cuando disfrutamos haciendo algo normalmente solemos sacar lo mejor de nosotros mismos. Lo mismo ocurre para los silencios. Disfrútalos y utilízalos, te están dando la oportunidad para seguir expresando las razones por las que deberías ser tú quien ocupe ese puesto de trabajo. Y ante todo, nunca olvides que el primero y más útil de los usos del silencio es la naturalidad que emana de ellos, siempre que se utilicen adecuadamente.


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