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En este mercado laboral como en cualquier otro, la reputación de una marca es básica para presentarnos ante los demás. Hoy día, es una de las áreas de empresas y personas que más desarrollo está teniendo en los últimos años. Las primeras, con la conocida Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y las segundas, con la marca personal.

Por eso, no es de extrañar que se preste tanta atención cuando se diseña una estrategia para un candidato. Al igual que la empresa, el profesional deberá planificar cómo quiere alcanzar el cargo que mejor cumpla con sus expectativas. Y gran parte de la culpa la tiene la marca personal del mismo. De hecho, muchas empresas de reclutamiento, como 360 Talent, estudian la manera adecuada y más eficaz para crear el perfecto candidato para un puesto determinado.

En este caso y cuando la búsqueda conlleva un proceso más complicado y empedrado, una de las soluciones es trabajar con el candidato. Normalmente, siempre hay un talento determinado que cubra una necesidad puntual de una empresa. Pero gracias a la experiencia de una agencia de selección de personas, se puede prever cómo, cuándo y cómo diseñar mirlos blancos. Y esto sólo lo suelen dar las consultoras especializadas en largos y complicados procesos de selección como lo es una headhunter.

Dentro de la estrategia para convertir al candidato perfecto, entre en juego su reputación. Se trata de un aspecto que preocupa e interesa cada vez más al colectivo de directivos de nuestro país, a pesar de que siempre ha convivido con nosotros este concepto.

Para entenderlo mejor, hemos diseccionado la palabra REPUTACIÓN en las partes que mejor la definen y la componen al mismo tiempo.

Respeto

El respeto es el primer paso para construir una marca seria y aceptada por nuestro colectivo. Sin respeto hacia los demás, poco —o mucho según se mire— vamos a decir de nosotros mismos.

Empatía

Significa la raíz de toda relación social. Al mismo tiempo que se respeta, se comprende y se intenta ofrecer lo mejor de nosotros para solucionar los problemas del de al lado. Saber empatizar no sólo beneficia nuestro faceta de relaciones públicas, sino aporta ventajas muy sustanciosas sobre nuestra visión de negocio, adaptabilidad al cambio, asertividad, capacidad de negociación, etc. Podríamos decir que engloba todo aquello que más valoran las empresas, pertenezcan al sector que sean.

Persuasión

Una vez tenemos respeto y empatía, damos lugar a la persuasión y a esa capacidad de saber defender nuestros valores sin traspasar el límite impuesto por los demás. Gran parte de la reputación de un directivo pasa por este concepto. Su paso por juntas de administración, consejos empresariales, representantes extranjeros o cualquier colectivo con el que establezca una relación laboral, dejará una huella en ellos con la que se presentará así en sociedad. Y esa proyección e imagen que imprime en esos colectivos, será realmente su tarjeta de visita al presentarse a uno nuevo.

Único

Como en cualquier otro campo, el hecho de ser único está al servicio de cualquier marca personal. O lo que es lo mismo, tu huella e impronta más personal. Aquella diferencia que sólo tú darás en un determinado puesto de trabajo, que otro candidato no será capaz. En una entrevista de trabajo esto mismo lo podemos aplicar a preguntas como: «¿por qué debemos seleccionarte a ti y no a otro? o ¿qué podrías aportar tú a la empresa?». Es especialmente recomendable forjarse con un buen punto diferenciador, aquella fortaleza que nos identifique y con la que poder comunicarnos en las relaciones profesionales. Sólo así podremos destacarnos del resto.

Trabajo

Dedicación y profesionalidad forman la esencia misma del buen hacer del profesional. Por mucha persuasión, empatía y respeto, si uno no sabe hacer su trabajo, la reputación se convertirá en desconfianza, rechazo y falta de respeto hacia los demás. Por lo que hay que prestar una gran atención al trabajo, ya que para la gran mayoría de empresas es el único lenguaje que entienden.

Amabilidad

En la reputación entra en juego la humildad y la amabilidad hacia los demás. El directivo debe ser consciente de sus puntos débiles y saber aceptarlos para enmendarlos, a la vez que potencia los fuertes. A veces —la mayoría de ellas se podría decir— esto pasa por pedir ayuda a los demás. Y sin humildad, nadie querrá prestárnosla. Hacemos nuestro trabajo porque nos apasiona, disfrutamos con él, y eso se nota porque desprendemos positividad y amabilidad. Un característica importante cuando un reclutador se plantea seleccionar a un candidato para un puesto. Y más cuando esa persona tendrá que gestionar un equipo de trabajo, como lo es cualquier puesto intermedio.

Confianza

Los empleados de toda la organización depositan una gran confianza en los directivos. Al igual que sucede en la dirección inversa. Por ello, es de especial importancia ser capaces de transmitir confianza a los demás porque trabajamos con personas y las personas se relacionan en base a la confianza que establecen unas con otras. Y qué decir de entornos multiculturales, en los que los profesionales deben cerrar acuerdos que implican determinantes —y no tanto­— cambios en las empresas. De modo, que no contemplamos la reputación sin una buena base de confianza.

Innovación

Si eres un profesional con una gran dosis de creatividad e innovación no tendrás demasiados problemas en convertirte en un candidato potente para muchos procesos de selección. No sólo porque tu estrategia será muy mejor definida, si a la creatividad le aplicamos lógica y rentabilidad, sino porque las empresas más que nunca buscan profesionales capaces de innovar constantemente. Así es como afrontamos las etapas de cambios profundos, echando mano de nuestra creatividad para ir un paso por delante del resto. Y al igual que sucede en una empresa innovadora frente a sus competidores, también le pasa al profesional que busca destacarse del resto.

Orientación

Sin un foco claro al que dirigirse, la reputación de poco sirve. En el diseño de la estrategia de nuestra marca personal es vital orientarse hacia un a meta. Objetivos que pueden ser alcanzables a corto plazo en busca del global. A veces damos tumbos sin saber muy bien por dónde estamos avanzando. El control y la dirección es tan importante en el día a día de nuestra labor como directivos cómo en la construcción de nuestra propia marca personal.

Networking

La cartera de contactos puede suponer un arma muy importante en los procesos de selección. Hay muchos puestos de trabajo que son lo que son gracias a un buen listado de personas que apoyan y consolidad nuestro trabajo. En este caso, la reputación también se construye por las personas que conocemos. El mundo de la empresa el networking es una de las herramientas más importante para hacernos con una marca notoria y potente. Comunicación externa de las empresas y marca personal para el candidato. Dime con quien andas y te diré quien eres.


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