¿Qué ha pasado con la guardería en la oficina?


Desde hace algunos años, el servicio de guardería para los hijos de los empleados es una de las iniciativas que ocupan lugar en el plan de conciliación de muchas empresas. Sin embargo, a pesar de que no es ninguna novedad, aún se trata de una acción algo reticente entre multitud de departamentos de recursos humanos.

Grupo Santander, Mercadona, el Congreso de los Diputados o el Hospital de Fuenlabrada son algunas de las organizaciones que llevan tiempo apostando por una solución que ayuda mucho a los trabajadores con problemas para conciliar la vida familiar con la laboral.

Este beneficio para los empleados, no sólo supone brindarles de la seguridad y comodidad de tener a sus hijos cerca, sino que se convierte en una herramienta perfecta para atraer y retener talento. Además de contar con un servicio pedagógico para los pequeños, éstos también pueden disfrutar de un servicio médico, una sala de lactancia, un seguro escolar o comidas adecuadas a las dietas de cada niño. Algunas empresas subvencionan una parte de estos beneficios y otras lo incorporan de forma gratuita en la política de conciliación para toda la plantilla.

Todo esto suena muy bien, pero ¿cuánto puede suponer su coste de implantación y mantenimiento? El monto es muy variado dependiendo del tipo de corporación. Además, a pesar del éxito en contadas empresas, hacer realidad este beneficio para los empleados es especialmente complicado si no se cuenta con el espacio necesario. Por eso, existen empresas especializadas en adecuar centros infantiles a las organizaciones que lo deseen, ajustando exactamente el precio siendo muchas veces inferior al de una guardería privada y los servicios que estén dispuestos a ofrecer. Una manera sencilla y directa para incorporarlo en la compañía, o por lo menos en un lugar muy próximo a la empresa. Lo que lleva a pensar que este planteamiento podría ser una de las áreas de negocio donde los emprendedores apuesten fuerte. Son muchas las empresas que se interesan en implantar una guardería en la oficina, pero sólo unas pocas se deciden. Por lo que el diseño de un plan hecho a medida que resuelva sus conflictos y les proporcione las herramientas necesarias para lograrlo, podría ser una oportunidad de oro para el emprendedor que sigue buscando ideas de negocio.

El gran debate que se produce cuando las grandes compañías optan por este tipo de beneficio es que normalmente los centros infantiles se instalan en las sedes centrales, privando al resto de empleados de la compañía de su uso y disfrute. Este dilema se convierte en muchas organizaciones en una de las razones determinantes por las que de deshecha la propuesta de conciliación. Por este motivo, prefieren acogerse a las bonificaciones económicas para que el empleado pague un centro particular. Es, sin duda, una gran propuesta muy popular y extendida en nuestro país. Sin embargo, cuando nos apoyamos en la idea de que a unos pocos sí y a otros no podemos ofrece tal beneficio  por razones de espacio, localización, etc. , en muchas ocasiones, estamos cohibiendo la posibilidad de dar un paso hacia delante y reprimiendo la evolución de la política en cuestión. Por algo se empieza, ¿no es así?

Tanto si la decisión es la de implantar un centro infantil en la oficina, como si se opta por el cheque guardería, ambos desgravan del Impuesto de Sociedades. Lo que supone otra ventaja para las empresas que lo que buscan mejorar la conciliación de sus empleados y reducir el absentismo de los mismos. Para los padres además, pese a que es una retribución, no tributa en el IRPF.


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