¿Puedo evitar el riesgo empresarial?
Cuando emprendemos una aventura empresarial, uno de los principales puntos que tenemos en cuenta es el del riesgo. Queremos evitarlo a toda costa, deseamos fervientemente que todo salga bien. Este deseo puede llevarnos a un tremendo error: Pensar que no corremos ningún riesgo simplemente porque eso es lo que queremos pensar.
Bien, una vez tenemos claro que siempre corremos riesgos, que todo depende de variables, ¿Qué podemos hacer? Cuantificar el riesgo.
En el inicio de toda empresa existen tres etapas de riesgo donde tendremos que realizar la tarea de cuantificar y medir las variables que intervienen en las mismas.
Etapa inicial: Esta etapa está plagada de riesgos. Cuando montamos un negocio siempre lo hacemos en función de ciertos inputs pero ¿Quién demanda realmente el producto o servicio que ofrezco? ¿Cuántas empresas hay dedicándose a lo mismo¿ ¿Y cómo les va? En definitiva, muchas preguntas que a la larga, nos pueden alertar sobre los riesgos propios de los primeros pasos.
Etapa de crecimiento: Una vez has asumido todos los costes de comenzar llega el crecer. Muchas personas crean una empresa porque tienen la necesidad de crear algo propio, ponerle sunombre, su firma. Pero crear algo no es lo mismo que hacerlo crecer, requiere muchas más energías y sobre todo, más tiempo.
Etapa de mantenimiento: Si estás creciendo, tu realidad está cambiando. Una empresa que crece supone suelo que se mueve bajo tus pies. ¿Has previsto los riesgos de esta etapa? Inversores, accionistas… ¿Qué quiero realmente hacer con mi empresa? ¿Tengo un objetivo definido? He conseguido triunfar, pero ahora tengo que saber hacia donde quiero dirigir mi éxito.
En resumen, no podemos evitar los riesgos. Pero podemos poner los pies en el suelo y mirar hacia delante para medir las opciones, las posibilidades y evaluar los riesgos.