La oficina también puede ser ‘flexible’

El trabajo es lo que las personas hacen, no el lugar donde lo hacen. Por ello, hoy día las oficinas están creadas bajo la premisa de la funcionalidad. Se desarrollan espacios en donde lo primero es el trabajador, que es quien decide cuál es el lugar adecuado para desempeñar su labor.
Como hemos comentado en otras publicaciones, las jornadas laborales cada vez son más flexibles. Muchos empleados desarrollan su trabajo en distintos lugares, sin pasar tanto tiempo en un lugar en concreto. Partiendo de esta base, las oficinas se deben adaptar a ello, es decir, deben ser igual de flexibles que el trabajo del empleado. Al trabajar a distancia, la tendencia es la de reducir la ocupación real de los trabajadores en la oficina.
Por este motivo, cada vez son más las empresas que apuestan por este tipo de oficinas, y más las que no sólo suman en productividad sino que reducen costes al aprovechar mejor el espacio y la energía. Todo esto supone un cambio tanto físico como aquel que afecta directamente sobre la cultura de la propia compañía.
Así pues, ya no es un espacio jerarquizado donde el jefe ‘supremo’ dispone del despacho más grande. Ahora cada rincón físico de la compañía está ambientado para que los empleados cumplan con los objetivos empresariales de forma más adecuada para ellos. No existe la estandarización.
Además, la oficina se convierte en una herramienta de comunicación. Se trata de un punto de reunión. Pasa a ser un espacio corporativo adaptado a las nuevas formas de trabajo, condicionadas por la tecnología, la movilidad del empleado y los distintos equipos de trabajo que existen en la actualidad. Salas multifuncionales con múltiples recursos, como espacios de reuniones únicos y diferentes entre sí tanto para grandes grupos como para grupos de dos o tres personas, zonas de formación, salas de proyección, zonas donde se convoque a una mayor concentración o espacios para hacer un ‘break’ y charlar con los compañeros. Asimismo, se cuida también la parte de la oficina dedicada al encuentro con el cliente.
La denominada ‘oficina flexible’ propicia a la compañía en el ahorro de costos relacionados con el alquiler, mantenimiento, servicios de limpieza y consumo energético. A lo que se suma el incremento de la productividad del empleado y los beneficios ambientales.
La productividad del capital humano de la empresa viene acompañada por la estimulación de la creatividad. Los ambientes están al servicio de ello, diseñados para alcanzar un alto grado de satisfacción y retención de talento.
El avance tecnológico participan en este ahorro de espacio de la compañía. Ya no hace falta un archivo físico en donde custodiar los documentos. Además, gracias a los llamados Thin Client, ya no hace falta instalar en cada puesto un PC completo. Se trata de un módulo sin disco rígido que se conecta al servidor de la empresa a través de la red. Las ventajas principales de estas herramientas es el bajo consumo de energía eléctrica, bajo nivel de mantenimiento y centralización de la información.
Esto viene muy parejo con el aspecto ecológico de las oficinas de hoy día. El espacio se crea desde el respeto por el medio ambiente, ya que no es necesario usar lugares amplios. Los arquitectos especializados en entornos laborales, buscan también el uso de luz natural y elementos que convoquen ambientes frescos, ligeros y poco cargados.
Bajo estas características, existen muchas oficinas que aún nos pueden resultar un tanto singulares. Las de Selgas Cano fueron diseñadas por Iwan Baan y están situadas en un bosque cerca de Madrid. Otros ejemplos son la de Red Bull en Londres, Google en Zurich o la de AOL Head Quaters en California.