Hay un nuevo CEO en la oficina


Cuando un nuevo gerente se une a un equipo de trabajo, por lo general, crea cierto nerviosismo entre sus miembros. Todo el mundo quiere saber qué cambiará con su llegada y qué dirección tomará el equipo, impregnando de dudas el ambiente. Por ello, es de especial importancia comenzar con buen pie.

En muchas ocasiones, el nuevo CEO lo tiene especialmente difícil. Al aterrizar en una nueva corporación, deberá lidiar con panoramas complicados, la mayoría procedentes de épocas pasadas.

Así le está ocurriendo a Twitter, compañía que busca un nuevo CEO que le dé un giro a la cultura de la corporación. Evan Williams es, no sólo el co-fundador de la entidad sino también, miembro de la junta de la misma. En unas recientes declaraciones, Williams admitió que hasta el momento todos dentro de la empresa pensaban que Twitter era una red social de micro-blogging. Pero ahora se han dado cuenta de que es mucho más que eso. Concretamente, una plataforma de noticias en tiempo real. Y es que desde que se anunciara el pasado mes de junio, la salida de Dick Costolo - en el cargo durante cinco años -, la compañía afronta una de sus épocas más inestables.

Será un proceso largo, por eso hasta que se encuentre el nuevo CEO, Jack Dorsey, uno de los co-fundadores de Twitter, ocupa desde este mes de julio el deseado puesto.

Según el New York Times, los mejores posicionados son: Adam Bain, actual responsable de ingresos de la compañía, y Anthony Noto, actual responsable financiero y antiguo directivo de Goldman Sachs. Otros nombres que se manejan: el propio Jack Dorsey, Mike McCue, fundador y CEO de Flipboard, o Kevin Weil, actual responsable de producto.

Sea quien sea, el elegido no tendrá las cosas demasiado fáciles. Y más cuando los rumores señalan una dudosa situación de la compañía y falta de credibilidad en Wall Street. Durante la última época de Costolo, aumentaron cada vez más las críticas sobre la falta de capacidad para construir un producto que genere sumas y no restas.

Por tanto, el nuevo directivo no sólo deberá enfrentarse a una revolución en el producto, sino que tendrá que lograr una mayor rentabilidad. Y con ella elevar la confianza tanto del equipo como del entorno financiero. Para lo que contará con un nuevo responsable de comunicación, después de que Gabriel Stricker abandonara también la compañía.

Para ello, es importante que el nuevo líder siga algunos pasos básicos como novato en la oficina. Para comenzar, es clave trazarse un plan en el que se incluyan los primeros 30 días. En el caso de Twitter, el nuevo CEO deberá seguir la línea que está marcando Dorsey: recuperar a los desarrolladores para crear una herramienta de lo que es, de comunicación, no una simple red social.

Mostrar transparencia hacia sus empleados. Aunque no se tenga clara la estrategia, el nuevo mandatario puede hablar de los valores, prioridades y observaciones.

Durante el primer mes, el 50 % de las palabras deben ser preguntas. Es preferible que haya un exceso de comunicación en estos casos.

Otra de las maniobras fundamentales es aprovechar el máximo el potencial de sus empleados. Para lo que será necesario reunirse con todos sus colaboradores directos durante al menos una hora en su primera semana. La idea es informarse de dónde les gustaría verse en los próximos dos o tres años.

En el frente de batalla. No estaría de más pasar por todas las áreas para conocerlas de primera mano, como miembro invitado en el departamento. Una táctica que, además, creará entusiasmo para tomar más rápido los posibles cambios en el producto.

Una vez conocidos todos los puntos, el nuevo directivo deberá explicar claramente la meta y el camino marcado. Una fluida y habitual comunicación con los empleados ayuda a que éstos se sientan orientados y por lo tanto mucho más motivados.

Un truco que suele dar muy buenos resultados es lograr una victoria rápida de partida. Siempre y cuando se mantenga el nivel de satisfacción. Con esta primera batalla adjudicada, el nuevo CEO conseguirá captar la confianza y la motivación en su equipo de trabajo.


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