Conciliación: un gran desafío para la microempresa
Es lunes y un empleado de una microempresa se ausenta por enfermedad. ¿Qué ocurre con sus tareas, sus compromisos o responsabilidades? El martes tampoco puede venir a la oficina. Estamos acostumbrados a leer eso de la flexibilidad horaria cuando la relacionamos con medianas o grandes compañías, donde si un día falta un empleado el motor no se para, todo sigue funcionando – en la mayoría de las veces, incluso sin notarse. Pero esta retribución no monetaria, ¿es aplicable en la pequeña empresa? Aquí está el gran reto de los Recursos Humanos.
Si consideramos que durante 2014, la PYME española mantiene una particular importancia en su contribución a la generación de empleo en empresas – ocupando al 66 por ciento del total de trabajadores –, es importante pararse a pensar que la realidad de la conciliación familia-trabajo es mucho más complicada de aplicarse para la mayoría de empleados españoles.
En principio podría parecer más sencillo puesto que al tener menos trabajadores sería más fácil ponerse de acuerdo. Sin embargo, muchos de los departamentos de las micro pymes son gestionados por una única persona, lo que complica que cualquier compañero le apoye cuando lo necesite. Si este empleado llegara el lunes más tarde porque debe cumplir un compromiso familiar, no podrá estar presente en la reunión donde se organice el trabajo de la semana. Así pues, la conciliación supone uno de los puntos más críticos para este tipo de empresas.
Los horarios comerciales por las que muchas de ellas se rigen tampoco ayudan demasiado, y suponen otro eslabón en la implantación de la mejora de sus empleados. Y con el horario de vida que llevamos los españoles con respecto al resto de Europa, se convierte en una asignatura pendiente de aprobar curso tras curso.
Si bien es cierto, que gracias a las múltiples tecnologías de hoy día, las empresas pueden comunicarse notablemente mejor que hace unos años. El teletrabajo simultaneado con el presencial, brinda la oportunidad de conciliar a muchos empleados que de otra manera sería imposible. Mientras que cuando el trabajo hay que desarrollarlo exclusivamente en equipo, lo ideal es arbitrar un acuerdo para que todo el mundo quede contento. El plan de contingencia dentro de la política de conciliación suma en este caso una alternativa muy pertinente para la empresa y el empleado.
¿Qué ocurre cuando uno mismo es el que decide formar su propia pyme? Aquí es donde la problemática de la conciliación es llevada al extremo. Con el fin de no deteriorar tu vida personal, es importante mantener a raya algunos hábitos. El primero de todos es que antes de empezar un proyecto, asegúrate de que tu pareja quiere acompañarte en esta aventura. Si es así, recuerda que no perjudicas a nadie si decides pasar una tarde entera entre semana con tu familia. Al fin y al cabo, cuando uno trabaja alrededor de 60 horas semanales, ¿quién lo va a notar?
Tras una larga jornada, es hora de llegar a casa. Momento perfecto para desconectar de los problemas laborales. Céntrate en escuchar a tu pareja, hijos, compañeros e intenta apartar cualquier cuestión relativa a tu microempresa. Hay quien se da alguna que otra vuelta al edificio antes de entrar en casa. Le sirve para bajar revoluciones y recibir a los suyos como es merecido. ¡Pruébalo!
Si en la oficina el jefe eres tú, déjate mandar en casa. Ya lo haces bastante en tu empresa, ¿no es así? De esta manera se evitarán discusiones innecesarias. Existen emprendedores que en casa y durante los fines de semana, las reglas las pone su familia. Y, por supuesto, olvídate del móvil, Tablet, portátil si lo que vas es a cenar con tu pareja.
Para terminar, siempre, siempre da la gracias a los tuyos por el apoyo que día tras día, directa o indirectamente, te brindan incondicionalmente.