Brainswarming: dale sentido a las ideas de una manera natural

La innovación siempre ha significado eso paso por delante que dan las empresas de éxito. Reinventarse, empezar de nuevo y sobre todo, saber cuándo hacerlo es básico para destacar en el mercado laboral. Por tanto, el reto para muchas compañías es generar ideas originales de la nada, que aporten valor a su talento y a sus clientes.
Se trata de un proceso complejo que muchas veces se ve condicionado por la presión de la competencia. Y es precisamente esta fuerza, la que obliga a que los equipos de trabajo utilicen técnicas para ser creativos y resolutivos al mismo tiempo. La clave está en utilizar esos recursos para generar ideas en base a la necesidades y nichos de mercado existentes. Por este motivo, analizamos una de las prácticas más innovadoras para que la creatividad germine en las reuniones de trabajo: el brainswarming, cuyo significado es ‘enjambre de ideas’.
Ya estamos familiarizados con el brainstorming. Lo que viene practicándose en los últimos tiempos es una técnica muy parecida a la anterior pero que puede potenciar otros aspectos desconocidos del colectivo. Con el brainswarming se sigue manteniendo la misma base: generar una ‘lluvia de ideas’ de las que se podrán aprovechar o transformar unas cuantas. En este caso, la diferencia estriba en que se realiza de una manera silenciosa y ordenada. Es decir, los colaboradores escriben sus ideas en notas de papel con las que van confeccionando una especia de mapa conceptual que resuelve el problema mediante apuntes concretos.
Este enorme gráfico no se genera de manera arbitraria, sino que se establece un orden lógico con cada nota. En primer lugar, se centra en el objetivo final, en segundo lugar, cada idea se enfoca en los sub-objetivos, y por último, las notas van destinadas a identificar los recursos necesarios para llevar a cabo el conjunto de objetivos.
Es importante destacar, que la diferencia entre brainstorming o ‘lluvia de ideas’ y el brainswarming, está en que con el segundo, se pretende buscar la calidad y no la cantidad de ideas generadas. Un trabajo que viene dado gracias a ese orden jerárquico de cada creatividad. Por tanto, lo que veremos en las paredes no es un conjunto de notas sin más, sino un gráfico ordenado que puede diferenciarse con notas de distinto color.
Poco a poco, cada miembro de equipo va añadiendo sus notas guiándose por las que ya están dentro del gráfico. De este modo, el sistema evoluciona de una manera natural y silenciosa, sin el contacto directo entre los colaboradores pues no está permitido hablar. Y es que el brainswarming, en esencia, trata de aprovechar las ideas de otros sin utilizar la interacción directa para moverse en dirección al objetivo propuesto inicialmente.
Resulta una solución muy práctica y eficaz para extraer el talento también de los miembros más introvertidos. Además de ser un sistema perfecto a través del cual no se cohíbe a nadie por las ideas que pueda expresar.
Con el propósito de no forzar la creatividad y obligarla a brotar en una sala de reuniones y en un tiempo estimado, los colaboradores podrán aportar sus ideas sin presión y mientras realizan otros trabajos. En lugar de apuntarse en su libreta aquella solución con lo que avanzar hacia el objetivo propuesto, lo comparten con el resto en el momento que se desee y sin interrumpir al equipo. Todos podrán aprovecharse de esa anotación para ir un paso por delante en la resolución del problema.
Se suele poner de ejemplo la técnica empleada por las hormigas en su labor en equipo. Cada una deja un rastro de feromonas con las que van avisando a las siguientes el camino marcado, sin que haya entre ellas una interacción directa. Ocurre muy parecido con el brainswarming. En lugar de feromonas, son conceptos en forma de notas ordenadas los que van guiando hacia el objetivo a cada colaborador.
Existen muchos otros métodos con los que aprovechar la capacidad creativa del equipo. Desde la ‘técnica Dalí’ con imágenes hipnóticas hasta un listado de atributos o la conocida como ‘Ideart’, por la que se estimula la creatividad a partir de obras de arte, pinturas o figuras abstractas. Sea cual sea la técnica, es importante conocer bien a cada colaborador para que en base a ello seleccionar la herramienta más adecuada a la fisionomía del grupo.