A la caza de la versión 2.0

El mercado laboral se mueve en función al desarrollo de las nuevas tecnologías. Como si del ‘Coyote y del Correcaminos’ se tratase, el objetivo del primero siempre va supeditado a las demandas creadas por los avances en las técnicas empresariales más innovadoras.
Para las organizaciones es de vital importancia adaptar sus modelos de capital humano al conocimiento de aquella tecnología que brinde mayor competitividad a su empresa. Y eso sólo lo consigue el denominado CEO 2.0. Un líder capaz de absorber todo el conocimiento sobre los nuevas tecnologías del mercado. De esta forma, implantará en su empresa la nueva versión corporativa. La que sobresale por encima del resto. Aquella que va un paso por delante. Por este motivo, los procesos de selección también se han tenido que adaptar para crear equipos de trabajo 2.0.
Según los datos del estudio “Digital Business Survey 2014”, las empresas aún no han entrado realmente en la era digital. Forrester, ejecutor del informe, publicó que 3 de cada 4 empresas (74%) afirma que cuenta con una estrategia digital. En cambio, a la hora de valorar sus capacidades, únicamente el 15% considera que su personal tiene las características necesarias para ejecutar una estrategia digital adecuada.
Según el informe mencionado, sólo el 21% de los CEOs está realmente concienciado de la necesidad de adoptar este tipo de avances.
¿Cuáles son las habilidades que deben tener este tipo de directivos? No consiste en empaparse del último lanzamiento tecnológico, ni en saber cuántos dispositivos hay disponibles, sino entender los valores que esa tecnología le va a aportar o no a la corporación. Y, por supuesto, como buen líder, es fundamental que sepa transmitir esa utilidad a sus empleados, convirtiendo a estos también en versión 2.0. Empleará una adecuada formación para el reciclaje paulatino de personal. Esa es una de las cualidades más atractivas para un reclutador de directivos. Será un proceso lento pero firme con el tiempo. No es cuestión de forzar al trabajador a cambiar de repente su forma de hacer las tareas diarias.
Subraya el estudio de Forrester que tampoco es significativo el porcentaje de organizaciones que cuentan con el personal adecuando para definir una estrategia digital (21%).
En este punto estamos hablando de liderazgo 2.0. Se trata de ser capaces de motivar a los equipos para convertirse en fuertes competidores dentro de la era digital a la que somos inducidos día a día. Siempre y cuando contemos con los medios que faciliten esta labor de transformación. Los trabajadores deberán utilizar unas determinadas herramientas, de la cuales menos del 20% de las empresas está realmente preparada.
Para conseguir el medio adecuado, el CEO 2.0 debe ser participativo, activo, dinámico y abierto. Son las aptitudes que más valoran los departamentos de Recursos Humanos en el candidato perfecto para liderar equipos 2.0.
Y es que muchas empresas se replantean y reorganizan su estrategia corporativa gracias a la ayuda de un buen coach, experto en canalizar el cambio de visión e identidad de la organización. El orientador impulsará la actitud más innovadora y adecuada, con miras al futuro. Lo que derivará siempre en el desarrollo de una actitud emprendedora y con ilusión por aprender constantemente sobre nuevas tecnologías.
La transparencia y el diálogo es fundamental en la empresa 2.0. Pasamos de un escaso contacto con el empleado a un aproximamiento que destaque el interés por él. El nuevo modelo de directivo aporta valor a sus trabajadores haciéndoselo saber. Porque, como dijo la mujer del César, ‘no sólo hay que serlo sino que parecerlo’. Gracias a su labor la empresa funciona. El interés se origina desde el último eslabón de la cadena hasta el último. A partir de él, el engranaje comenzará a funcionar con la suficiente energía necesaria para que llegue a la última pieza del ‘puzzle’.
Así pues, la organización ya no es jerárquica, sino plana, con expertos en cada área. Equipos globales que se contraponen con el poder centralizado de la empresa tradicional.
Saber escuchar y acepar criticas, son cualidades muy valoradas por los reclutadores de directivos de hoy día. Destinado a empresas en donde existe un mayor feedback y flujo de contenidos entre empleados y con el cliente. Una ventaja para conocerlos conocerlos mejor. Además, gracias a las herramientas 2.0 – como la presencia notable de las redes sociales – se realizarán estudios de mercado más precisos.
El CEO será capaz de mantener una mente abierta y flexible. Ni en él ni en su empresa existen fronteras, barreras tanto psicológicas como geográficas. Lo que puede dar lugar al teletrabajo. Recordamos que ya no se trabaja por horas sino por resultado u objetivos.
Habilidades todas ellas, muy a tener en cuenta en los procesos de selección de talento, necesariamente adaptados al nuevo modelo de empresa.